DOMINGO XXVII DE OCTUBRE
Gen 2, 18-24. Hebreos 2, 9-11v. Marcos 10, 2-16
Las lecturas bíblicas de este domingo nos ofrecen lo que podríamos llamar lo fundamental de “la visión cristiana del matrimonio”. La primera lectura, tomada del segundo relato de la creación (Gen 2), y el evangelio están profundamente relacionadas. En ambas se hace referencia al proyecto originario de Dios que ha creado al ser humano para la relación y para la comunión, pues “no es bueno que el hombre esté solo” (Gen 2,18). Expresión sublime de esta vocación es la relación amorosa entre el hombre y la mujer, santificada por el matrimonio y elevada al esplendor de una comunión plena y eterna. Se hace urgente volver a escuchar la palabra de Dios que está a la raíz de este misterio de amor, pues como se afirmaba ya en el Concilio Vaticano II, “no en todas partes brilla con el mismo esplendor la dignidad de esta institución, pues aparece nublada por la poligamia, por la lacra del divorcio, por el llamado amor libre y otras deformaciones análogas. Además el amor conyugal se ve profanado constantemente por el egoísmo, el hedonismo y las prácticas ilícitas contra la generación. Y por otro lado las actuales condiciones económicas, sociales, psicológicas y civiles acarrean no leves perturbaciones a la familia” (Gaudium et Spes 47). Más en http://www.debarim.it/to27_b.htm